El viernes 10 de mayo de
se realizó en la sede de Acción Lacaniana la Primera Reunión de Carteles del MOL
La Plata
A casi un mes de la
constitución del Movimiento de la Orientación Lacaniana en La Plata(con un
aparato de gestión en el que cada comisión funciona como cartel) el encuentro
fueorganizado por la comisión de carteles, que previamente envió a los invitados
un dossier y cuatro textosdisparadores de la conversación.
La noche tuvo como título
“Cinco variaciones más una sobre la función y utilidad del cartel”. María Laura
Errecarte, más-uno del cartel,fue la encargada de abrir la mesa comenzando por
explicitar que responde a una política del MOL comenzar con una conversación en
torno a la función y utilidad del cartel.
Nombró como “variaciones”
los trabajos con los que habrían de presentar sus rasgos las cartelizantes y
ella misma. Se leyeron en el siguiente orden: “Función y usos de la elaboración
provocada” de María Laura Errecarte, “Disponibilidad y permutación. Un modo de
hacer política” de Alma Pérez Abella;“El órgano de base no es sin inscripción.
Cartel y Escuela: la experiencia platense” de Ana Piovano; “Hacer cartel y
producir rasgo(s)” de Graciela González; “Enunciación singular y Lógica
colectiva” de Cecilia Fasano y por último “El cartel como lazo: la función del
vacío y el resto” de Paula Vallejo.
Los trabajos fueron
deliberadamente breves e invitaron a los presentes a dar cuenta de su relación
con el cartel.
Una vez presentados los
rasgos, Irene Kuperwajs, responsable de la secretaría de Carteles de la EOL,
leyó su intervención“El cartel, una política de Escuela”.Destacando su uso del
dispositivo, señaló que está atravesado por el nudo entre la política, la
clínica y la episteme y puso en el tapeteque lejos de cualquier idealización hay
carteles que marchan bien y también hay de los otros.Subrayó el carácter de
“remedio” y de “control”.
Manifestó que hoy suman
alrededor de mil personas que inscriben sus carteles en el catálogo de la EOL y
que a través de las Noches de Carteles y las Jornadas Nacionales, se conoce el
trabajo de los miembros, pero también de los no-miembros. Para concluir, destacó
que la escuela funciona provocando trabajo y la puesta a cielo abierto de los
obstáculos.
Graciela González,
coordinadora de la mesa abrió la lista de oradores. Los trabajos habían dejado
sentados ejes que se retomarían: elaboración provocada, permutación, órgano de
base, instrumento, producción epistémica y ejecución de trabajo, lógica
colectiva, lazo del cartel, entre otros.
La conversación, con la
participación de numerosos colegas, tuvo una riqueza imposible de transmitir
acabadamente. Extraeremos algunas de sus principales notas.
Lito Matusevich,
recordando su aporte en la lista de correo, destacó la etimología de cartel
como punto cardinal, de orientación e hizo referencia a las Actas de las
Jornadas de Carteles de 1976 de la Escuela Freudiana de Paris para preguntarse
en tanto esta fue disuelta cuatro años después y Lacan instó a restaurar el
cartel ¿por qué insiste con el cartel a pesar del fracaso?
Adrián Scheinkestel,
intervino proponiendo en el momento del entusiasmo, poder ubicar el significado
del “fracaso” situándolo como condición misma de la constitución del cartel.
Como anécdota, contó que un cartel constituido en 1980 en Caracas, en el que
Éric Laurent era el más-uno, hicieron un trabajo epistolar, carta tras carta,
porque no contaban con los medios de comunicación que hoy usamos.
Cecilia Fasano aclaró que
no ha usado la palabra “fracaso” (con una historia en la ciudad) y que tampoco
cree que el cartel sea “una herramienta de reclutamiento indiscriminado y
masivo”.
Eduardo Suárez extrajo el
cartel como “remedio” en la situación del MOL y orientó subrayando la producción
de rasgo como un cierto ser para presentarse ante otros. Fátima Alemán por su
parte, tomó “Lógica Colectiva” y enfatizó la segregación (entendida como lo que
rechaza cada uno) como incluida dentro del cartel. Recordó su primer cartel, en
el 92 para trabajar “El concepto de Escuela”. Destacó que 20 años después en el
MOL están los miembros de ese cartel, mezclados.
La intervención de
Gerardo Arenas fue en dirección a sostener abierta la pregunta acerca de qué
quiere decir “órgano de base” y propuso pensar el cartel con la estructura de la
extimidad, con lo cual se conservaría el lazo singular de cada uno con la causa
analítica pero incrustando esa relación en la escuela.
José Lachevsky, por su
lado, en una articulación entre experiencia y política recordó que su
experiencia de cartel fue 16 años antes con otros analistas presentes en la
reunión teniendo como tema “¿Qué es un hombre?”. Destacó que tuvo como producto
la fundación de un grupo. Contrastándolo con el presente del MOL celebró el
doble movimiento (el de la orientación lacaniana en La Plata y el de la EOL
hacia La Plata) y también que no haya más carteles que funden grupos.
José Damiano resaltó la
utilidad de zambullirse al trabajo del cartel de una manera decidida y confiar
en su estructura del funcionamento con la idea de un resultado de producción de
saber. Tomás Hoffman, evocando su experiencia en aquel cartel mencionado por
Lachevsky, explicitó como obstáculo tanto la lectura solitaria como el seguir a
un maestro. Refiere que así como Lacan pensaba la Escuela como un refugio frente
al malestar el cartel se ha pensado como un refugio frente al malestar en la
escuela, razón por la cual es muy buena idea practicar el cartel.
Christian Rios por su
parte, afirmó que su acercamiento a la escuela fue producto de una buena
experiencia en el dispositivo del cartel y que el hecho de queéste funcione o no
está siempre sujeto a confirmarse, frente a lo cual Ana Piovano toma la palabra
para volver sobre la referencia del texto institucional “Decolage o despegue”
leyendo el cuarto punto: “Ningún progreso se ha de esperar, salvo el de poner a
cielo abierto, periódicamente, tanto los resultados como las crisis del
trabajo”.
Olga Molina recordando su
experiencia destacó que el cartel sirve para “traducir lo propio” y que en los
primeros tiempos se buscaba un más-uno que aportara un saber más.
Mauricio Tarrab intervino
centrándose en la elaboración provocada y la conversación. Retomando la tensión
entre el uno solo y los otros afirmó que el cartel puede ser un instrumento
político pero que no siempre es tan seguro establecer qué quiere decir que es
“órgano base de la escuela”. En cuanto a la conversación destacó el hecho de que
en nuestra comunidad ésta ha sido producto de un trauma, la escisión de la
AMPdel año 1998. Entonces, si bien la elaboración provocada queda del lado del
más-uno hay que destacar que es causada por una pérdida, por un trauma,
alrededor de un agujero. Por último, advirtiendo de no hacer del cartel un ideal
se interrogó por las razones de la importancia del cartel en la EOLy propuso
sostener la pregunta ¿Qué vamos a hacer acá con el cartel, ahora? En la
orientación precisa de que prime un criterio de heterogeneidad, explicitó su
gusto por situar el “solo con los otros” que es “solo con los otros se alcanza
algo” pero también es “solo, con los otros” ubicando allí la apuesta de la
Escuela.
Adriana Testa destacó en
la coyuntura argentina, la diferencia del cartel en relación al grupo de
estudio. El cartel aspira a una cierta regulación de los S1, va contra la
burocracia de saber y también contra la anorexia mental en la relación al
maestro. Tomando la idea de “extimidad” de Arenas como una buena vía recordó que
Miller adjetiva laEscuela, entre otros adjetivos, como “dionisíaca” (esto mismo
es aplicable también al rasgo que cada uno elige en el cartel) en tanto que da
lugar al goce y transcurre en un colectivo que incluye un elemento no
colectivizable.
Alejandra Gorriz pidió el
micrófono para preguntarse: ¿Por qué trabajar el cartel en la ciudad de La
Plata, cómo no hacer de esto un ideal? retomando la cita de “El cartel en el
mundo” donde Miller precisa el cartel como maquinaria contra el didacta y su
pandilla y por fuera del ideal. Por su parte, Gabriela Rodríguez enfatizó que
interrogar el uso y la función en el contexto local intenta arrancar el cartel
de la lógica de mercado. Destacó que en el trascurso de la conversación se ha
pasado de la celebración a la sospecha y que la sospecha orienta.
Belén Zubillaga, propuso
estar advertidos y hacer uso de nuestra historia para no “encaramelizarnos”
aclarando que tampoco se trata de simplificar al modo de “el bienestar del
cartel y el malestar del grupo”.
Ante esto, M. Tarrab
introduce la tensión entre sospecha y confianza y Adriana Testa con respecto a
la idealización del cartel sitúa la no permanencia del cartel como central
contra esa idealización.
En el marco de este
intercambio, Kuperwajs recordó que ha habido momentos de crisis del cartel y que
no resulta un dato menor que la mayoría de los cartelizantes no sean miembros de
la Escuela.Esto–agregó- ha obligado a la Escuela a hacerse cargo de lo que
produce y resaltó el hecho de que trabajos presentados en las Jornadas
Nacionales de Carteles hayan tenido un espacio en las Jornadas Anuales de la
EOL.Tarrab ubicó que el hecho de que las Jornadas Nacionales de Carteles se
hagan este año en La Plataya da cuenta de la posición de la Escuela. Respecto de
la diferencia entre el grupo y el cartel, subrayó que en un grupo habla uno y en
un cartel se toma la palabra frente a lo cual Matusevich agregó que en el grupo
de estudio además se paga y que en la Escuela de Lacan (que enseñaba desde la
posición analizante) es el AE quien interpreta las identificaciones que
funcionan como idealizaciones.
En una última ronda,Paula
Vallejo transmitióbrevemente su experiencia testimoniando que a ella el cartel
le llegó tarde y que se permite sostener que para no idealizar hay que
practicarlo sin obviar su incomodidad. María Laura Errecarte y Alma Pérez Abella
recuerdan el riesgo de“armar un nuevo S1 “hay que hacer carteles”” porque lo que
está en juego no es otra cosa que la formación del analista.
Gerardo Arenas cuenta que
además del conformado para trabajar “Escuela” armaron otro cartel para trabajar
la bibliografía propuesta para la noche y que piensan continuar. Que “uso del
cartel” también puede entenderse como “el cartel nos usa” y que el desafío es
hacer esa experiencia, un trabajo de transferencia de trabajo.
En relación a este punto,
la coordinadora cerró recordando que Lacan utiliza en el “Acto de fundación de
la escuela” la expresión “trabajador de base”.
Tras los aplausos,Irene
Kuperwajs se despide invitando a la próxima Noche de Carteles de la EOL, ocasión
en la que habrán de presentar Paula Vallejo y Christian Ríos.
Un brindis final acompañó
este primer encuentro del MOL. Nuevos vientos empiezan a soplar en la
ciudad.
Ana Laura Piovano
Mayo del 2013